

Los católicos peregrinan a Santiago de Compostela.
Los musulmanes peregrinan a La Meca.
Y los Ferraristas peregrinan a Maranello.
El pequeño y viejo pueblo de la Emilia Romagna donde Enzo Ferrari construyó su fábrica, su sueño... su imperio.
Por fin pude visitar la cuna de Ferrari, y admirar los coches de Grand Prix que muestran en el museo. Fórmulas uno que van desde la década de los 50 hasta 2008. Coches que han sido llevados al límite, que han dado alegrías y penas a la Scuderia. En el museo se pueden ver coches de Ascari, Fangio, Collins, Von Trips, P.Hill, G.Villeneuve, Prost, Mansell, Berguer y M.Schumacher.
La verdad es que disfrute como un niño viendo los coches que siempre había visto en las revistas.
El próximo objetivo será ir a ver un Gran Premio de F1, pero a un circuito de "verdad", y a día de hoy los únicos circuitos europeos de "verdad" son Spa y Monza. Esto mejor voy ahorrando y para el 2011 jeje.