Milán-San Remo 09. Edición centenaria.
La Classicissima. El mundial de primavera para los italianos. 298 kilómetros desde Vía della Chiesa Rossa en Milán hasta la Vía Roma en San Remo. Una prueba de fondo que se decide al sprint, salvo en muy contadas ediciones (la última en el 94). Había muchos favoritos para llevarse la prueba, Benatti, Petacchi, Rebellin, Scarponi, Pozzato,Boonen, Haussler, Hushovd, A.Davis...pero hay uno que destaca por encima del resto. Mark Cavendish. En lo que se llevaba de temporada había ganado 2 etapas en Qatar, otras 2 en California y una en la Tirreno-Adriático. Todos le señalaban como favorito, pero le añaden argumentos en contra. "Es inexperto en este tipo de carreras, no estará con los mejores en la parte final", "No es su terreno, se hundirá en las últimas subidas", "No soportará el paso acelerado por la Cipressa", "Nunca ha sentido el paso nervioso del Poggio". Todos estaban de acuerdo en que se trataba de una carrera para un corredor experto, no para un debutante. Todas las estadísticas en su contra.
G.Hincapie guió a Cavendish desde la bajada del Poggio hasta la recta final, sin embargó, H.Haussler surgió de la nada. Haussler lanzó el sprint desde lejos, consiguió unos metros de ventaja y nadie le cogió la rueda. Cavendish tuvo que exprimirse al máximo para lograr pasar al alemán sobre la misma línea de meta. Cuando todos esperaban la foto finish el ya estaba abrazado a su masajista celebrando la victoria.
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